Sunday, March 29, 2009

Promises...promises.


"We have a free country here. We have no censorship, and
the press is free. The people can gather freely if they want
to. There is no tormenting of political prisoners, no murders,
no terror. When all the rights of the citizens have been restored
--and an election for the purpose is going to be held as soon
as possible--"

Excerpt of a speech by Fidel Castro upon his triumphant
arrival at Havana's Camp Columbia --January 9th, 1959


Fifty years later, the cruel results of the Cuban Revolution are exactly the opposite of these great and lofty words. And, of course, the promised free elections never took place!

PD: The painting above is Exit 1 by Miami based Cuban painter Ariel Tejera

Sunday, March 22, 2009

El encanto de lo inglés


No puedo explicar por qué me gustan tanto las películas y los libros ingleses que recrean los 1700 y los 1800. Pero me llenan de una sensación de armonía maravillosa.

Acabo de ver "Persuasion" basada en una novela romántica de Jane Austen --y he quedado tan contenta y feliz de los "nuances" del diálogo, de las situaciones, de los "manners" de aquellas épocas, que en medio de un domingo neoyorquino he sentido gran armonía y mi vida ha quedado suspendida por 2 horas en una atmósfera exquisita.

Han sido momentos producto de la poesía que existía en aquel pasado. En el comportamiento, en los gestos, en la ropa, en la joyas muy 'dainty' que llevaban las mujeres, en la educación de los personajes --los que siempre toman el té en esas exquisitas tazas de la porcelana más fina, casi transparente. Una pausa deliciosa y muy civilizada esa divina costumbre de tomar té con galletitas dulces y 'pastas'....¡Cómo le gustaba hacerlo a mami y tal como nos enseñó a mi hija y a mí! Y pocas cosas son más placenteras para mi que ir a Londres --y en las tardes tomar 'high tea' en el Ritz, en Brown's -- o en el mismo Fortnum & Mason.

Es curioso, pero soy muy amante de todo lo inglés. Una genuina 'anglophile'. Y sin embargo --¡nada más lejos de La Habana, del Trópico y de lo verde, de los cielos rabiosamente azules, donde nací y me crié! ¿Será precisamente por el contraste de atmósferas? Porque uno compensa al otro. No sé. Pero siempre me he preguntado --desde mi primer viaje a Londres- ¿por qué siempre he sentido tal orden y tal paz en Inglaterra?

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Una nota: Hablando de orden y de paz...De momento no estoy aceptando comentarios sobre mis posts. Ha sucedido algo que de momento no les puedo explicar y está siendo investigado.

Thursday, March 12, 2009

Our Family and its History




















Last night -again in Miami for a few days- one of my cousin's son approached me in the midst of the celebration of my brother's new movie Paraiso- and said to me: "I love reading your blog!"

This was one of the nicest things ever! Especially because he is one of my relatives of the newer generation, almost forty, born in Miami, and a parent himself, who does not live and breathe Cuba, like us of the 'older' generation.

And it was a wonderful surprise to see the grandchild of my beloved aunt 'Tafela' -who was so intelligent and stylish and influential in my life when I was a child- and the son of my beloved cousin (and godfather) Johnny, who is so intelligent and has such a wonderful wit, plus a huge dosage of humanity- enjoying these musings and rememberances about Cuba and our family's past. And also enjoying looking at the old photos, which seem to be so appealing to many who enter the blog.

This was a great! And a re-afirmation that at all ages, family is the thread of life. And if done well, we are all interested in our ancestors, our places of origin and our roots!

Thus the importance of our own oral histories!

It occured to me now that instead of video games and reading to our children and grandchildren fake stories of imaginary characters and monsters --why dont we write our little book of family anecdotes, enrich them with our imagination, make them fun and interesting ---and turn them as our own Family Oral History, and pass them from generation to generation, as the best possible heirloom? We all have in our lives some relatives who were little Harry Potters, as well as Cinderella's and Sleeping Beauty's, and Ninjas's and Batman's!

Looking back even to 'recent' history, my life would not be the same if I did not have so many anecdotes and so many great memories of raising my daughter! And the memory of every little thing that happened with my friends in Havana. And all the twists an turns of my always interesting 'love life'! And my many childhood memories in Cuba that I share in this blog!.

It is so true that I could not have braved the pain of losing first my father and one year ago my mother if these memories had not existed to make me so much stronger. Just now I realize the magnificence of stirring up our memories, and bringing them back to life as often as possible, so they can make our day to day even better and more enjoyable. They are wonderful 'life references' that help us along ---just like 'cultural references' make reading a book or seeing a painting a triple/pleasurable/experience.

I am sorry for those who have millions of these little great memories and let them sleep and get lost in their feelings. And they dont even pass them along to their children! Like that would be the 'normal' thing to do. This 'dry' existence giving our backs to our pasts, as well as the past of parents, and grandparents, turns life dull, so routine-like, so day to day --and lacking the strenght of a 'strong column of memories' of days past and gone. If people would stop and remember what happened in their lives -and tell their children about it!- they would be so much happier and fulfilled.

I have always believed in this....A mix of the past and the present= Life like it should be!

Thursday, March 5, 2009

¿Somos capaces de volver a sacrificarnos?


Desde que escribí mi post anterior en que hablo de aquellos días de grandes sacrificios -¡y muchas veces hambre físico!- al llegar al exilio, comencé a deprimirme un poco. Me entró de pronto una melancolía espantosa, un 'down' profundo (y también 'absurdo' porque de nada vale estar 'down' cuando tengo tanto que escribir cosas alegres y divertidas para mi trabajo) --- y de pronto sentí que aquellos momentos del pasado se me están haciendo 'momentos del presente'.

Les digo esto (aunque me estoy adelantando, pero es que soy un poco exagerada) porque la situación económica de los Estados Unidos es tan grave, y se pone peor cada día, como una especie de bola de nieve a la que se le ha dado un empujón y cada día se hace más grande y más pesada --que tengo muchísimo miedo a que mis años 'adultos' en vez de ser felices y descansados vayan a ser de nuevos sacrificios y hasta de carencias. ¡Qué horror!

Y de pronto tengo sensaciones encontradas. Igual quiero gastar dinero para ayudar a ls Economía y me compro cosas que no necesito (¡además de que están tan rebajadas y son compras tan buenas!)--como me pongo a revisar mi despensa, chequear latas y alimentos que las colman desde hace tiempo y chequear fechas de expiración para poder ir usándolas y así no 'botar' el dinero que he gastado en ellas.

Asi fue que encontré latas de garbanzos, frijoles, maíz --y frascos de aceitunas y de otros vegetales --¡e hice el otro día una ensalada fría con ellos y un poco de mayonesa 'light'! Y al día siguiente encontré viejas cajas de canelones (compradas en España hace 2 años, pero todavía buenas) y una lata de aceitunas negras y un tarro de pimientos italianos, y la preparé con mucho esmero. Y lo curioso es que me sentí feliz de haberlas usado, de haber ahorrado esos días unos dólares en el almuerzo --y de comenzar a mirar a mis alrededores y ver qué podía usar, qué podía vender en EBay, y qué podía devolver a las tiendas porque mis compras impulsivas tienen todavía las etiquetas colgando.

Como comprenderán esto es una locura. Pero un ejercicio muy bueno para probarme a ver si todavía podría volver a sacrificarme o no. Y volver a aquellos días en que recién habíamos llegado al exilio- y ligábamos champú con agua para que nos durara más --¡y usábamos ropa, del estilo y color que fuera, donada por el Centro Presbiteriano de Miami y zapatos usados por Dios sabe quién, de tallas que no eran las nuestras!

Dios quiera que este espíritu de Scarlett O'Hara no sea necesario volverlo a tener, porque en Cuba a los 17 años mi tia Marta y yo nos hicimos ropa con sus cortinas de seda blancas teñidas de negro. Y aquello fue divertido en aquellos momentos y una anécdota simpática que después contar a mis amigos y a mi hija --pero que no quiero volver a vivirla cuando mis gustos han variado y mis muchos años de trabajar como una hormiguita, día a día, y con enorme sacrificio --¡me han mal acostumbrado a zapatos de Louboutin y comidas en Nobu!

Y no me crean f'rívola. Estas tonterías son mis justas recompensas, después de muchos años de honesto y continuo trabajo.
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PD: Después de publicar este post me sentí que quizás hubiera sonado muy 'superficial' con lo de los zapatos de Louboutin, que tanto han irritado a una persona que hizo un comentario, pero esa no fue mi intención. Después de todo, no tengo muchos zapatos de Louboutin, ni como todos los días en Nobu, ni nada por el estilo --pero como ni fumo, ni bebo, ni tengo vicios --esas cosas me causan mucha ilusión y siempre que he podido me he dado esos gustos. Claro que si es necesario andaría descalza por ayudar a mi hija o a mi familia --pero eso de 'comerme' los zapatos no me parece que llegaremos a eso.

Sunday, March 1, 2009

Aquellos comienzos como exilados...




No puedo negar que me siento muy orgullosa de como los cubanos reaccionamos cuando de de un día para otro tuvimos que huir de Cuba y convertirnos en ´refugiados cubanos´. Casi 2 millones de nosotros en 50 años de doloroso exilio...Y en los años 60 -mami, mi hermano y yo salimos a finales de los 60- eramos mayormente familias de la clase media, ya fuera una clase media promedio, como una clase media profesional que vivía muy bien en aquella sociedad en que habíamos sido su gran ´fuerza' social y la inmensa mayoría.

Y así fue que cuando llegamos al exilio -y ahora les hablo de nuestros primeros años en México y en Miami-- estábamos poco menos que en la indigencia ¡aunque teníamos la suerte que no nos dábamos cuenta de lo realmente pobres que éramos!

Era una vida a lo 'catch 22', porque no solamente no teníamos dinero para comprar medicinas --sino que como nuestros hábitos alimenticios eran todos los equivocados ---teníamos las defensas bajas y nos enfermábamos a menudo. Y recuerdo que cuando mami se enfermó de anemia ¡se recuperó muy lentamente y creo que hasta pasaba hambre para darnos la comida a mi hermano León y a mí! Igual que yo tuve pleuresía por un catarro mal cuidado y como no teníamos dinero para comprar antibióticos, pues se me tuvo que quitar sola --¡y todo esto cuando apenas era una niña de 20 años!

¡Es que vivíamos mayormente comiendo pan y queso! Algunos vecinos –que recibían ayuda del Centro de Refugiados Cubanos (que no podía ayudarnos, porque como técnicamente habíamos entrado en el país como ‘residentes legales’ vía México, no teníamos derecho a ayuda del gobierno, pues para ellos ‘no’ éramos refugiados) --nos regalaban trozos de queso americano, harina de maíz, leche en polvo y carne procesada tipo Spam (aunque venían en unos envases sin nombre, ni marca) --y con ello nos alimentábamos. Como es lógico, hasta el día de hoy detesto el queso americano porque mi almuerzo diario por meses y meses fue un ‘sandwich’ de pan blanco con una lasca fría de aquel queso que sabía a ‘plástico’. Y por supuesto, poder comer de cuando un cuando una hamburguesa en aquellas hamburguerías llamadas Royal Castle –¡costaban 14 centavos y eran muy pequeñitas! - o sus deliciosos ‘grits’ -15 centavos por un bol pequeño- era todo un lujo ---¡y se nos hacía la boca agua de tan solo mirarlas!

Pero, eventualmente todo iba mejorando, porque los tres logramos tener pronto varios trabajos y todos nos sacrificamos mucho --¡y empezamos a comer un poco mejor!

León comenzó a trabajar de ‘bus boy’ en el Dahla Horse, cerca de la casa (bufé de “todo lo que puedas comer por $0.99) -- y después como ‘pastry boy’ en el elegante comedor del Hotel Barcelona de Miami Beach, donde le permitían comer -¡aunque en el Barcelona eran mayormente postres y ‘cheesecakes’, cuyas sobras regalaban a los empleados al finalizar la noche y León las traía a casa con mucha alegría!

Como era tanto el ‘cheesecake’ y los pasteles de manzana que comíamos -¡fue un milagro no nos hiciéramos todos diabéticos fulminantes!- y los compartíamos con los vecinos, quienes nos daban un poco más de queso, o de leche en polvo. León también se colocó los fines de semana en una cafetería de la Calle 8 llamada San Juan Bosco, cuyo dueño era Leonard, un buen amigo de papi de Cuba, donde tenía que limpiar el local y los baños ¡y le pagaban con la comida de la noche! Pero esto fue un desastre, porque a los pocos días de empezar Leonard llamó a mami a decirle que tenía que botar a León ¡porque el muchacho comía demasiado!

Por mi parte en el F.W. Woolworth me pusieron a trabajar a cargo del “Candy Counter” que estaba dentro del ‘Snack Bar’ --¡el que estaba a cargo de una cubana muy lista que se las sabía todas!- la que me explicó que todas las mañanas, cuando fuéramos a la cocina a buscar en sus enormes refrigeradores los ingredientes para hacer los sandwiches y las pizzas, igual que los jamones que vendíamos por libra- debíamos preparar más pizzas y muchos más ‘sandwiches’ estilo ‘hoagie’ de los que se iban a vender --¡y así nos podíamos llevar a casa los sobrantes al final del día!
La cubana era un lince --y el truco funcionó, por lo que diariamente ambas nos llevábamos a casa al menos 2 ‘hoagies’ cada una, que aunque tenían la lechuga un poco mustia y llevaban horas sin refrigeración, nos sabían a gloria. Lo de las pizzas nunca funcionó porque casi nunca sobraban pedazos, aunque una hora antes de cerrar el ‘snack bar’ siempre horneábamos 2 o 3 --¡lo que a veces provocaba que el borrachín Mr. Lindsey, el manager irlandés-americano de la tienda nos mirara con gran desconfianza!

Otra ventaja que me ilusionaba mucho -¡y soñaba con que llegara ese día, se los juro!- era que todos los lunes, el día que Lourdes, la otra chica que trabajaba conmigo estaba libre y yo estaba a cargo de todo -¡me daban el almuerzo gratis en la fuente de soda del Woolworth, donde ordenaba ‘comida caliente’ y devoraba platos de ‘meat loaf’, o pollo frito estilo sureño ¡con puré de papas’ y toneladas de hirviente gravy!

Y asi pasaron los días, los meses y los años --¡hasta que un día mi padre salió de Cuba, vivió casi 2 años en México y eventualmente se reunió con nosotros en Miami! Y como un bravo Don Quijote luchando con los molinos de viento nos dijo que nos teníamos que ir a vivir a New York donde le habían ofrecido un buen trabajo ¡y allí comenzaríamos una nueva vida! ¡Y asi fue!