Tuesday, February 23, 2010

Las caras en los espejos


Cuando viajo a Miami me enfrento con mi pasado a veces de forma brutal. Y me ocurre en todos los sentidos.

Como siempre les comento, es un volver a lo de uno, aunque no totalmente, porque nada que encuentre aqui será nunca como lo que guardan mis recuerdos de Cuba. Recuerdos que probablemente han sido 'despalillados' con el paso del tiempo --y de los que queda solo lo mejor. Pero no eso.

No es el sabor del ajiaco, o de la Materva, o de la frita cubana. No es la música --o la algarabía de los cubanos de Miami, que viven su tropicalidad con exhuberancia. Ni la intensidad que se siente en esta ciudad 100% Latina y 100% joven. No...no es nada de eso.

Lo que me marca mucho es ver las caras de las personas que conozco. Las que quiero y las que sencillamente conozco. Y cuando me fijo, y me alejo mentalmente, y soy realista y no me dejo llevar por el cariño y el entusiassmo del momento --me impacta ver que el paso de los años ha dejado en todos su huella. Físicamente ya no somos los mismos. ¡Y se nos nota a todos más viejos! ¡Y hasta los más jóvenes lucen menos jóvenes! Y de pronto comprendo por qué me dicen "señora" --y me tratan a veces un poco como una vieja chocha con esa cara de irritación y exasperación que noto especialmente en los que han llegado de Cuba hace muy poco y están llenos de una extraña impaciencia. (Las empleadas del bakery de Versalles son el mejor 'case in point' en esto porque aunque les doy buenas propinas y soy amabilísima, de cualquier cosa se exasperan y si no te conocen de verte todos los días ¡poco les falta para que te tiren una croqueta por la cabeza!)

Bueno, pero no nos vayamos por la tangente...El tema es la realidad de que todos envejecemos físicamente, día a día -- y lo profundamente que eso me ha impresionado en este viaje a Miami. Una arruga aquí, una barbilla más floja allá, unos ojos más cansados por acá, un caminar más despacio...¡y de pronto esas personas que siempre 'vemos' jóvenes --pues ya no lo son! ¡Y eso me entristece porque sin embargo, cuando hablamos, cuando conversamos, cuando cambiamos impresiones, todos seguimos siendo súper jóvenes en nuestra inteligencia y sentido del humor! Todos somos 'sharp', divertidos, ingeniosos --y nos sale la risa a carcajadas, igualito que a los 15 años, o quizás hasta con más despreocupación y libertad. Y sabemos reirnos de nosotros mismos. Y tenemos una memoria de elefante. Y nos fascina recordar y recordar. Y no hay un solo 'amargado' en este grupo de amigos y familiares. Y se nos ha agrandado la inteligencia y la capacidad de comprensión. Y todos nos creemos un poco eternos me imagino, lo que después de todo es una gran suerte.

Les comento esto porque quizás yo padezca de algún síndrome Peter Pan --o viva demasiado en 'mi' mundo, pero la verdad es que nunca me había fijado con tanto realismo en esos espejos que veo frente a mi. Nunca había visto a mis familiares y amigos con un ojo tan certero. Y ahora que lo he hecho pierdo un poco mi 'naive' creencia de que seremos jóvenes para siempre. ¡Aunque cuando veo a mi tia Pura, la hermana de mi mamá, a los 99 años con cutis de bebé recíén nacido --le doy las gracias a los genes Ichaso que por suerte entraron en nuestro DNA! Ojalá se porten bien.

Y sino, siempre tenemos el Botox.

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La ilustracion es un cake en forma de bandera cubana que mandamos a hacer en Miami en Todo Dulce para una reunion familiar. ¡Cuba nos acompaña en todo momento como ven!