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No se por qué era así, pero en La Habana, cuando recuerdo los días de frío, de aquel 'invierno' cubano que aparecía de vez en cuando en estos meses de Enero, Febrero, etc. la imagen que tengo grabada es de mañanas frías como si una escarcha muy suave nos cubriera --y el sol comenzara a derretirla muy, muy lentamente.
Había algo 'crisp' (palabra que en inglés define tan bien el frío de ciertas mañanas)y sutilmente frío en el aire -y eso nos permitía llevar pulóveres y faldas de lana, y hasta chaquetas tipo 'blazers´-, aunque nunca llegaba a la necesidad de llevar abrigo, bufandas, o sombreros y guantes.
Una mañana de Año Nuevo me viene a la mente con enorme claridad. Recién cumplidos los 15 años y vistiendo una falda recta de lana azúl marino y un juego de suéteres de Ban-Lon rosa pálido, acompañados del collar de perlas, anudadas de mayor a menor, como era lo 'fino' llevar. El Ban-Lon era bastante feo y un tejido al que se enganchaba todo y se le salían los hilos. Y aquella mañana eso mismo me pasó, cuando mi pulsera de 15, de oro y perlas ('comme il faut' en aquellos años)se enganchó al tejido rosado. Pero como estaba tan de moda, pues había que usarlo. En Cuba se seguía la moda a pies juntillas -- y a mi esto me encantaba.
Día de Año Nuevo...Visita a mi abuela...Misa...Almuerzo familiar en el Miramar Yacht Club o en El Carmelo...Cine en las tardes con las amigas...Rutina muy predecible y serena, siempre parecida, que sin embargo me encantaba porque le daba orden a mi vida, siempre caótica por los contínuos y trágicos problemas matrimoniales entre mi madre y mi padre, los que en aquellos años marcaron mucho, y con enorme tristeza, la vida mía y de mi hermano León.
Es curioso, pero fue en el exilio, 10 años más tarde, que mis padres tuvieron una segunda oportunidad de ser un matrimonio y de ofrecernos a mi hermano, a mi hija y a mi "una familia". Papi mismo me lo decía muy agradecido..."Dios me ha dado la oportunidad de poder ser al fin un buen padre y un buen esposo"...¡Qué suerte tuvimos de poder pasar esos muchos años de nueva felicidad con nuestros padres! Mi papá, de ser un hombre 'wild', y el eterno rebelde, se había convertido en un hombre en paz, feliz con su familia ¡y hasta casi ´conservador'!
Y mami, aunque nunca llegó a recuperar la alegría de vivir que tenía cuando vivía en Cuba -y tenía a su alrededor a sus hermanos y sobrinos y su hogar- al menos pudo disfrutar en relativa paz el volver a vivir con papi en New York --y hacerlo con cierta comodidad material y dedicada 100% a él, a sus hijos y a Mari-Claudia su nieta que adoraba. La vida es tan curiosa e impredecible. La más tortuosa e imaginativa de las novelas. Un camino de transformaciones que nunca podemos planear, ni imaginar.
Ojalá que este año 2012 me lleve a nuevos a acumular nuevos recuerdos, como los de aquellas mañanas blancas, resplandecientes y muy luminosas que nos traían aquellos fríos de La Habana.