La inocencia de los niños me enternece y a la vez me entristece.
Me toca el corazón ver como sus mentes, todavía limpias, razonan con una dulzura muy bella y suave. Y también me toca el alma ver como van perdiendo esa inocencia y la realidad de la vida va marcando esa perfeccción y limpieza de razonamientos y sentimientos.
Les comento esto porque el otro dia recordé cuando mi papá sacaba a pasear en carro a mi hija, la que con 4 o 5 años llamaba a papi muy temprano la mañana de los sábados, y creyendo que yo no la oía, le pedía que la llevara a una vieja juguetería de Union City llamada "Davis", donde compraban semanalmente 2 o 3 nuevas Barbies. Y después que colgaba, oía los piececitos rápidos de mi hija corriendo a mi cama para decirme alegremente ---"Mami, vísteme...Ito quiere que lo acompañe a New Jersey". ¡Qué niña aquella! ¡Y qué abuelo aquel que veía por los ojos de su única nieta!
Un día recuerdo que le dije que no debía pedirle a su abuelo que le comprara tantas cosas, que no estaba bien, que aquella colección infinita de Barbies costaba mucho dinero --y nunca olvidaré la forma como mi hija me miró --y después me dijo muy seria, como para tranquilizarme con su explicación .... "No mami, no te preocupes, porque cuando Ito necesita dinero, vamos al banco y lo saca de la pared".
En ese momento de absoluta inocencia no pude decirle que aquel dinero era de su abuelo, que después de trabajarlo, allí lo guardaba -- y me encantó ver la naturalidad con que ella aceptaba la 'magia' que era poder "sacar dinero de la pared" cada vez que uno lo deseaba. ¡Qué maravilla pensar que la vida es así de fácil y no cuestionar las cosas!
La inocencia de mi hija -que a veces sigue existiendo, como todavía existen ramalazos de la mía, cuando creo mucho en la gente, acepto lo que se me dice al pie de la letra --y no me gustan los chistes chabacanos, las malas palabras, ni los gestos soeces- es una de las cosas más 'frescas' y divinas que recibimos cuando tenemos a nuestro alrededor niños y niñas. Y algo que nos recuerda como deben ser las cosas. ¡Como debemos hacer todo lo posible por mantener una 'magia' interna sin dejar que nada la borre!
Y una razón de que la armonía personal- ya sea a través de observar la inocencia y la credulidad de los niños, o de uno mismo- sea tan necesaria ...tan vital....tan esencial...para poder dormir tranquilos todas las noches.