Thursday, March 5, 2009

¿Somos capaces de volver a sacrificarnos?


Desde que escribí mi post anterior en que hablo de aquellos días de grandes sacrificios -¡y muchas veces hambre físico!- al llegar al exilio, comencé a deprimirme un poco. Me entró de pronto una melancolía espantosa, un 'down' profundo (y también 'absurdo' porque de nada vale estar 'down' cuando tengo tanto que escribir cosas alegres y divertidas para mi trabajo) --- y de pronto sentí que aquellos momentos del pasado se me están haciendo 'momentos del presente'.

Les digo esto (aunque me estoy adelantando, pero es que soy un poco exagerada) porque la situación económica de los Estados Unidos es tan grave, y se pone peor cada día, como una especie de bola de nieve a la que se le ha dado un empujón y cada día se hace más grande y más pesada --que tengo muchísimo miedo a que mis años 'adultos' en vez de ser felices y descansados vayan a ser de nuevos sacrificios y hasta de carencias. ¡Qué horror!

Y de pronto tengo sensaciones encontradas. Igual quiero gastar dinero para ayudar a ls Economía y me compro cosas que no necesito (¡además de que están tan rebajadas y son compras tan buenas!)--como me pongo a revisar mi despensa, chequear latas y alimentos que las colman desde hace tiempo y chequear fechas de expiración para poder ir usándolas y así no 'botar' el dinero que he gastado en ellas.

Asi fue que encontré latas de garbanzos, frijoles, maíz --y frascos de aceitunas y de otros vegetales --¡e hice el otro día una ensalada fría con ellos y un poco de mayonesa 'light'! Y al día siguiente encontré viejas cajas de canelones (compradas en España hace 2 años, pero todavía buenas) y una lata de aceitunas negras y un tarro de pimientos italianos, y la preparé con mucho esmero. Y lo curioso es que me sentí feliz de haberlas usado, de haber ahorrado esos días unos dólares en el almuerzo --y de comenzar a mirar a mis alrededores y ver qué podía usar, qué podía vender en EBay, y qué podía devolver a las tiendas porque mis compras impulsivas tienen todavía las etiquetas colgando.

Como comprenderán esto es una locura. Pero un ejercicio muy bueno para probarme a ver si todavía podría volver a sacrificarme o no. Y volver a aquellos días en que recién habíamos llegado al exilio- y ligábamos champú con agua para que nos durara más --¡y usábamos ropa, del estilo y color que fuera, donada por el Centro Presbiteriano de Miami y zapatos usados por Dios sabe quién, de tallas que no eran las nuestras!

Dios quiera que este espíritu de Scarlett O'Hara no sea necesario volverlo a tener, porque en Cuba a los 17 años mi tia Marta y yo nos hicimos ropa con sus cortinas de seda blancas teñidas de negro. Y aquello fue divertido en aquellos momentos y una anécdota simpática que después contar a mis amigos y a mi hija --pero que no quiero volver a vivirla cuando mis gustos han variado y mis muchos años de trabajar como una hormiguita, día a día, y con enorme sacrificio --¡me han mal acostumbrado a zapatos de Louboutin y comidas en Nobu!

Y no me crean f'rívola. Estas tonterías son mis justas recompensas, después de muchos años de honesto y continuo trabajo.
"""""""""""""""""""""""""""""""""""

PD: Después de publicar este post me sentí que quizás hubiera sonado muy 'superficial' con lo de los zapatos de Louboutin, que tanto han irritado a una persona que hizo un comentario, pero esa no fue mi intención. Después de todo, no tengo muchos zapatos de Louboutin, ni como todos los días en Nobu, ni nada por el estilo --pero como ni fumo, ni bebo, ni tengo vicios --esas cosas me causan mucha ilusión y siempre que he podido me he dado esos gustos. Claro que si es necesario andaría descalza por ayudar a mi hija o a mi familia --pero eso de 'comerme' los zapatos no me parece que llegaremos a eso.