Sunday, April 4, 2010

Easter --y en Cuba el Dia de los Ahijados


Una fecha que siempre me ha gustado, porque es una 'resurrección' de la Naturaleza y este año en New York más bella que nunca, con ´forsythias´ por todas partes dándole un rabioso toque amarillo a los árboles recién retoñados del Parque Central y siembras de tulipanes y flores de primavera en avenidas y las nuevas calles y plazas peatonales.


Y es interesante como siempre -¡no falla!- este día de Pascua de Resurrección o Easter Sunday- llega precedido por los raros vientos de Cuaresma de los que mami siempre hablaba y que, puntuales como pocos, llegan también todos los años.

Me pongo a pensar y en Cuba lo que más me gustaba de este día es que era El Día de los Ahijados ¡y llegaba con regalos, y almuerzos en familia o en algún restaurante como El Carmelo, el Centro Vasco o el comedor del Miramar Yacht Club! También era el día que me estrenaba ropa nueva y había en el aire una alegría contagiosa. Un respiro después de los días de verdadera devoción religiosa del Jueves Santo -cuando se 'visitaban las estaciones'- y el Viernes Santo en que solo podíamos oir música sacra y ver películas religiosas como Rey de Reyes y Quo Vadis.


Era un 'mise en scène' extraordinario, que se repetía año tras año y aunque a veces me aburría un poco, también me fascinaba ver las flores, las estatuas cubiertas de morado de las iglesias y la sensación de armonía y unidad que se sentía en La Habana de los años 50.


Yo era una niña curiosa y muy madura para mi edad --y aquellas Semanas Santas me encantaban, además que le daban a mi vida una 'estructura' que ahora me doy cuenta es muy necesaria cuando uno va creciendo. ¿Seré como soy porque todas esas costumbres o estructuras sociales y culturales fueron como fueron? Y aunque después me rebelara contra algunas de ellas, tenía esa 'referencia' tan inculcada en mí, que me daba la oportunidad de comparar y escoger. ¡Nada más trisite que crecer sin fé ni creencias y dándonos todo igual! Lo he visto en amigas criadas como 'agnósticas' desde que nacieron, sin que sus padres nunca les dieran la oportunidad de creer en algo.


Y el día de Easter se presta no solo a huevitos de colores y conejitos amarillos o rosas, sino a pensar un poco más allá-- y 'resucitar' quizás ideas, recuerdos y sensaciones que -sin duda- nos marcaron cuando éramos pequeños.
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Por cierto, la foto que acompaña este post me la sacó papi un día de Easter, estrenando un sombrerio y posando muy romántica mirando una flor en el jardín de mi casa en Miramar.