Siento mucho que mi hija solo tenga realmente una "tía" -mi prima hermana y casi como una hermana Purita Fdez. Ichaso de Carrillo, la matriarca de la familia- porque cuando estaba creciendo en La Habana, mis muchas tías fueron una enorme influencia en mi vida
Cada una de las 3 -y muy distintas entre si- hermanas de mi madre (los Ichaso eran 4 hermanas y un hermano, mi tio Paco Ichaso) -igual que ya de adolescente la hermana menor de mi padre, Marta Rodríguez Santos - me aportaron una fuente inagotable de experiencias, vivencias, igual que los 'cuentos' que me hacían de su niñez, de sus sueños, de sus amores --¡y aquello era un tesoro que hasta el día de hoy adoro recrear en mis recuerdos!
Cada una de las 3 -y muy distintas entre si- hermanas de mi madre (los Ichaso eran 4 hermanas y un hermano, mi tio Paco Ichaso) -igual que ya de adolescente la hermana menor de mi padre, Marta Rodríguez Santos - me aportaron una fuente inagotable de experiencias, vivencias, igual que los 'cuentos' que me hacían de su niñez, de sus sueños, de sus amores --¡y aquello era un tesoro que hasta el día de hoy adoro recrear en mis recuerdos!
Por ejemplo, mi tía Alicia Ichaso de Moreno -mi querida Tati- me dió un entusiamo por la vida que nunca he perdido. Su curiosidad y 'joie de vivre' eran maravillosos y de niña me fascinaba ver cómo en todo lo que hacía ponía amor. Amor por los viajes. Amor por la cocina (preparaba las frituras de puré de papas más gloriosas del mundo).... Amor por ¡la lucha libre que ponían en la Tv cubana!...Amor por la realeza (todavía recuerdo como lloraba cuando el Shah de Irán se divorció de Soraya)...Amor por la costura (me hacía la ropa de mis muñecas)...Amor al cine, a donde me acompañaba los domingos en la tarde...¡todo le gustaba y lo disfrutaba a plenitud, con un corazón enorme y siempre con una enorme sonrisa! ¡Qué mujer mi tía Alicia y cuánto nos hubiera ayudado tenerla en el exilio cuando llegamos mami, mi hermano León y yo y pasamos tantos trabajos!
Mi tía Fela era la sofisticada, elegante y exquisita de la familia. De un buen gusto increíble, detestaba lo vulgar y lo común y corriente y creo que era muy snob sin ser arrogante, sino que prefería siempre la calidad, ya fuera en lo material como lo espiritual. Era ingeniosa y simpática, pero de una manera un tanto cínica... Yo me pasaba muchos días en su casa, acompañando a mi prima, su adorada (y siempre muy mimada) hija Maria Cristina --y me impresionaba que su cuarto olía a Miss Dior, y tenía un enorme vestidor de espejos... Y tenía un estilo muy elegante de cruzar las piernas y fumar mientras conversaba...Y lo que más me gustaba es como me permitía compartir sus libros, sus cuentos -¡y hasta encenderle sus cigarrillos, diciéndome que la estaba privando del mejor momento del fumar! --tratándome siempre como una adulta, aunque era una niña precoz y atrevida de 11 o 12 años. Mi tía Fela me dió a leer (y me compró en muchas visitas a la librería La Moderna Poesía con su hijo mi primo Johnny) muchos libros...Maria Antonieta de Stefan Zweig...El Hombre Mediocre...El Amor Catedrático de Martínez Sierra...Y creo que hasta la convencí que me comprara Buenos Días Tristeza cuando salió y era un escándalo y yo tenía solo 12 años. Es que mi tia confiaba plenamente en 'mi buena cabeza' y mi madurez de niña con una mentalidad abierta y formada ¡y le agradezco tanto aquella confianza! La misma que me dió mi madre y la misma que le he dado a mi hija.
Mi tia Pura era de una frivolidad maravillosa, porque esta existía para complacer a su hija mi prima Purita. Hoy en día tiene 99 años, es la única de las hermanas de mami que vive --y sigue siendo tan coqueta y preocupada por la moda como cuando ¡diariamente! cogía una 'guagua' y se iba mañana y tarde a las tiendas, a los almacenes de telas de la calle Muralla y a visitas las múltiples modistas que le hacían a Purita la ropa más bella de La Habana. Mujer de obsesiones, dejó el piano y a Bach para casarse con mi tio Rogelio (un ángel que la adoraba)--y ser esposa, ama de casa y madre --¡y su cocinera Catalina aprendió de ella a hacer las croquetas y el arroz frito más rico que he comido en mi vida!
Ya en la adolescencia mi tia Marta Rodriguez Santos aportó a mi vida el aprender cómo son las mujeres que vuelven locos a los hombres y viven como verdaderas reinas rodeadas de sibaritismos, lujos y vasallos. Fue una de las mujeres más bellas de Cuba y lo sabía. Pero también era una mujer muy inteligente, curiosa, simpática ---y que amaba la vida. Murió a los 80 años súbitamente, de un derrame cerebral cuando se preparaba para ir a la peluquería. Me da pena porque estaba muy embullada con el estreno de unos de mis documentales en Miami y me había hablado de ello el día antes. Llena de vida y de coquetería hasta el último momento. ¡Una mujer de armas tomar!
Podría escribir páginas y páginas de mis tias -y mis tíos- pero no quiero aburrirlos. Pero cuando pienso en ellos -como ahora- me alegra tanto, tantísimo, que hayan existido y me pongo a pensar que si el Cielo existe ¡qué maravilla que estén todos juntos, acompañando a mami y a papi!