Monday, November 1, 2010

Incidente en Madrid -


Estando en Madrid hace una semana, estaba comiendo unos ricos sandwiches en Rodilla (a donde voy hace más de 38 años, desde mi primer viaje a España) --y de pronto entró una pareja joven y se sentaron en una mesita, muy cerca de la mía.

Traían su bandeja de sandwiches y dos botellas de Coca Cola. Ella era rubia, delgadita y lucía muy mona. Una muchacha de unos 21 años sencillamente vestida, pero a la moda, con una cara linda, de piel muy blanca y ojos azules y un tipo más bien fino, delicado. El era guapo, de unos 30 años, alto, de pelo oscuro, muy machote y hasta sexy, con una chaqueta de cuero negra y barba. Por la forma como llevaba atada una bufanda noté que era un chico de esos 'progre', de carácter dominante, fuerte y mandón. Un 'bully'. A ella se le veía asustada y de ese estilo de mujeres obedientes. Se sentaron y cogieron sus sandwiches para empezar a comerlos...Yo miraba de reojo, porque los veía más bien de lado. A él de semi perfil, más pegado a mi silla. Y de pronto oigo una voz como un murmullo que venía de ella --¡y enseguida un fuerte golpe con el fondo de la botella de Coca Cola en la mesa -que de milagro no se rompió! Y al virar la cabeza veo que el hombre está hablando con enorme violencia --y noto que la muchacha le está diciendo que baje la voz, señalándome a mi con un gesto de verguenza en la cara! El estaba insultándola sin levantar mucho la voz, pero gesticulaba muy enfadado --y ella sentía pena que yo estuviera escuchándolo todo.

Me dió muchísima tristeza ser testigo de esto. Y mientras a ella se le llenaban los ojos de lágrimas, él seguía despotricando contra ella, diciéndole cosas que no repito pero eran duras, crueles y muy abusadoras. ¡Un verdadero -y muy cobarde- ataque emocional!

Mientras terminaba de recoger mi bandeja y me preparaba para levantarme e irme, lo que estaba sucediendo a pasos míos me estaba marcando muchísimo. Me puso nerviosisima y sentía una profunda pena por la mujer que estaba siendo abusada por un hombre que se suponía la quería. Y mi instinto era decirle algo al hombre ---pero lucía tan violento que no me atreví (cosa rara en mí, que soy muy 'opinionated' y pocas cosas me hacen actuar con mesura) pero sentí que era capaz de darme un botellazo en la cabeza. Sentía 'la violencia' a nuestro alrededor como algo feo, incontrolable y no me atreví a abrir la boca. Como tampoco se atrevió nadie de las 2 o 3 mesas que estaban ocupadas en ese momento, incluyendo 2 hombres que se hicieron los que no oían nada.

Por lo que me paré, y mientras ella se secaba las lágrimas con una servilleta de Rodilla (¡pobrecita!) --y se ponía unas gafas de sol para taparse los ojos hinchados --- él masticaba su sandwich sin el menor problema. Y ahora con la voz más calmada y baja, le decía que ella "no debía provocarlo de esa manera". Ella estaba anegada en lágrimas y no tocaba su comida, mientras él comía encantado de la vida. Ya de pie, con mi cartera colgada, miré de frente a la muchacha, por sobre la espalda de su energúmeno novio --y solo pude mover la cabeza de lado a lado -como diciéndole "No tienes que aguantar esto"- y sonreirle con afecto y comprensión.

Salí de allí y me reuní con mi hija a los pocos minutos. Le conté el incidente y le dió mucha pena. Pero por alguna razón siempre me ha parecido que MC no es mujer que aguantaría ni un solo minuto de un abuso como este. Yo tampoco lo aguantaría hoy en día --pero hay momentos en que no somos tan fuertes, somos jóvenes y por amor -¡y por evitar lo que estúpidamente podemos pensar hubieran sido 'males mayores'!- se cometen estos lapsos de auto estima.