Saturday, July 19, 2008

La magia de los 'dejá vu'


La magia de los que llamamos 'dejá vu' no deja de asombrarme.

El otro dia -uno de esos días 'gloriosos' neoyorquinos de verano- en que el cielo esta rabiosamente azul, pero sin una sola nube -- y hay un sol divino pero apenas se siente calor- senti de pronto un 'deja vu' impresionante.

Una sensacion de que ya todo aquello lo habia experimentado muchas veces antes: el mismo bienestar, la misma sensación de armonía, de que todo 'está en su lugar', que todo va bien. Y como estaba manejando mi carro en ese momento, dando la vuelta a Columbus Circle cerca de mi casa, donde hay unas fuentes preciosas --hasta el sentir mi mano sobre la textura del timón (lo que reafirmó en ese momento mi existencia y que aquello estaba siendo parte de mi vida)- hizo aun más largo el 'deja vu' --y la encantadora sensación 'familiar' que me invadió produciéndome un placer cálido y muy profundo.

Cuando llegué a mi casa --¡todavía encantada con mi súbito "deja vu"!-- de pronto recordé que esa misma sensación -(porque no fue un 'deja vu' de una conversación, un evento, un viaje o una persona, sino de una 'sensación') -- idéntica en su claridez, e intensidad, a otras sucedidas con anterioridad- era la misma que sentía de niña en La Habana, cuando caminaba de mano de mi madre por las tiendas de Galiano y San Rafael.

Cuando íbamos las dos solas 'a La Habana' a comprar, o tan solo a caminar y entrar y salir de las tiendas --y todo era absolutamente perfecto a mi alrededor, porque estaba protegida por ella y por el amor que aquella mano -agarrando la mía dentro en la suya- me trasmitía. ¡Qué felicidad poder sentir de nuevo aquellos momentos, en que en la inocencia de 'niña que confía en su madre y sabe que ella la va a cuidar en todo momento', lo volvía todo feliz y armonioso! Momentos en que la vida estaba en su lugar. Tal como la vida debía ser para una niña pequeña -¡aunque fuera tan solo en aquel ese preciso instante!

Y ahora, muchos años más tarde, en una ciudad muy lejana que nada tiene que ver con La Habana -¡qué bueno es poder reconocer estas cosas! Qué bueno poder sentirlas idénticas, exactas --y con ella entrar en nuestros recuerdos y dejar que se conviertan por unos segundos en el 'presente'.
Me han dicho que hay personas que tienen "dejá vus" --¡pero no se dán ni cuenta! Siempre he pensado que debe ser espantoso tener poca inteligencia y ser personas insensibles y promedio. Personas por cuyo lado pasa a cada rato la felicidad -¿o es quizás la presencia de Dios? - y no reconocen ni un ápice de éstas cosas divinas.