Tuesday, October 21, 2008

En busca de las raíces ¡una vez más!





























Ayer regresé de España donde la pasé maravillosamente con mi hija. Fue uno de nuestros viajes "en busca de nuestras raíces vascas", lo que a ella le apasiona tanto como a mi, y el cuarto o quinto recorrido en que pasamos largas horas en archivos diocesanos o viejas iglesias, averiguando sobre abuelos, bisabuelos y tatarabuelos que fueron la razón de que estemos en el mundo hoy en día.

Esta vez el viaje (Madrid y unos días divinos junto a mi amiga de la niñez Gladys Obelleiro y su mamá Elsie Peraza; 4 días en San Sebastián, Durango, la costa vasca, Bilbao y un día completo en las cercanas St. Jean de Luz y Biarritz en la bellísima zona vasca de Francia) nos llevó al ayuntamiento de Durango -donde nació mi abuelo León Ichaso, padre de mi mamá- y de pronto nos vimos allí en sus oficinas, hojeando libros de defunciones y enterramientos porque buscábamos el cementerio donde mis bisabuelos maternos están enterrados --igual que recorriendo la misma calle de adoquines donde los Ichaso vivieron por cientos de años -Barrenkalea- y rezando en la Basílica de Santa María Uribarri donde todos nuestros antepasados fueron bautizados, se casaron ¡y en cuyo coro mi abuelo cantaba de niño!
Fascinante y emocionante. Y nos preguntamos cómo fue que en los 1890 mi abuelo se marchó de aquella zona rodeada de montañas, para estudiar en la Universidad de Salamanca, donde Miguel de Unamuno fue su maestro y amigo- ¡y eventualmente coger un barco e irse a la ciudad de Cienfuegos en Cuba!...¿Cómo viajaría? ¿En tren o en coche de caballos? ¿Cómo habrá decidido irse a Cuba después de haber estudiado para ser cura jesuíta y haberse arrepentido días antes de tomar los votos finales y con la tonsura hecha en el centro de la cabeza? ¿Qué pensaría la familia que dejó atrás? ¿Se sentiría solo o viajaría con algunos amigos o conocidos? ¿Estaría alguien esperándolo en Cienfuegos donde conocería a mi abuela Rafaela y comenzaría su carrera de periodista? ¡Mil preguntas por contestar!
En este viaje descubrimos que sus abuelos y tíos Ichaso y Bernaola, estaban activos en el pueblo como consejales y jueces --aunque su papá era maestro. Y descubrimos que mi bisabuela Francisca Díaz de Madina (nacida y bautizada en la Iglesia de los Santos Juanes de Bilbao, donde también estuvimos) --¡tuvo 13 hijos, muriendo de parto junto a su última hija, llamada María Dolores, al día siguiente de dar a luz! Los archivos muestran que de sus 13 hijos solo sobrevivieron 4, entre ellos mi abuelo Leon --¡y la pobrecita murió a los 49 años estando embarazada practicamente toda su vida! ¡Qué vida tan dura tendría, en esa ciudad más bien tristona, de piedras grises y entonces muy pequeña, dedicada a dar a luz sin cesar, enterrar hijos (¡algunos a los 3 o 7 años!) y después morir tan joven! Quizás fue en su honor que mi abuelo León le puso Francisco a mi tío Paco Ichaso --¡pensando en aquella pobre mujer que murió cuando él tenía 10 años y quedó al cuidado de su hermana mayor!

Estas historias de los antepasados y sus vidas son realmente miles de historias distintas. Dramas más que comedias. Una madeja de cuentos y vidas entretejidas que eventualmente nos dejaron los genes que tenemos hoy...E historias medias truculentas, de vidas difíciles, cuando todo resultada doblemente más duro --y se pasaba frío y trabajo. ¡Daría cualquier cosas por haber visto a mis bisabuelos en su cotidianidad en aquellas calles de Durango, caminando hacia el río, sentándose quizá en el café del Arco de Santa Ana, rezando ante el San Antonio de Santa María Uribarri, huyendo del frío del invierno junto a sus braseros y en verano quizá viajando sobre la montaña para llegar al muy azul Mar Cantábrico y las playas doradas de Zarauz o Lequeitio!

Tenemos 4 sets de abuelos y he tenido la suerte de que con la ayuda de los archivos diocesanos de España he podido conseguir toda la información hasta los 1600 de 3 de ellos. De los que no se mucho es de la rama de los Macías -de mi abuela materna Rafaela Macías Guerra- lo que pienso podré averiguar el día que vaya a Cuba y me dejen revisar los archivos de Cienfuegos y la ciudad de Palmira, donde se radicaron al llegar de España. ¡Allí seguro que se guardan muchos de nuestros secretos!

Este viaje -el que hacemos dos veces al año juntas- me dio también la oportunidad de estar con mi hija dia a día, por casi 2 semanas y conversar, y visitar restaurantes fabulosos, e irnos de tiendas, y recorrrer supermercados para comprar delicias vascas en Biarritz igual que en San Sebastián, y encender velas en mil iglesias, y pasear por aquí y por allá y hasta de pelearnos de vez en cuando --y sobre todo compartir nuestra curiosidad por la Historia. Y como ya está casada y no vive conmigo (en el próximo viaje voy a llevar tambien a su marido americano-irlandés para que comprenda mejor quiénes somos y por qué somos como somos) --¡fue divino tenerla junto a mi, mi compañera-amiga, y comprobar que es mi tesoro más tierno y delicioso!
Mi casi-'clone'. Y una continuación gloriosa del existir.