Tuesday, July 14, 2009

Reflexiones de Verano
























No se si me gusta o no el Verano. Pero como este verano neoyorquino está resultando muy suave -y los fines de semana últimamente han sido preciosos, con sol y muy poco calor, me he sentido feliz de poder comer al aire libre (el último lugar es una terraza con vista a la Estatua de la Libertad en Brooklyn, nada menos que al fondo del supermercado Fairway) ---y de pronto estoy disfrutando un New York en verano muy agradable.

Los sábados es el día en que salgo con mi hija -quien ya está casada y como trabaja tanto, sólo tiene el sábado para mí- y siempre nos divertimos mucho, haciendo excursiones y descubriendo sus muchos barrios. ¡Y el descubrimiento de Brooklyn nos ha obsesionado desde hace un par de meses, pues es un barrio interesantísimo y como casi nunca lo visitaba, ahora es una enorme fuente de sorpresas! Salir con mi hija es una maravilla, porque disfrutamos las mismas cosas y tenemos una gran relación madre-hija. Por supuesto, a las dos nos encanta comprar cosas ---y ese es otro entretenimiento de los sábados. ¡Y dentro de poco compartiremos viaje a Miami y después a Finlandia y a Estocolmo!

El resto del fin de semana ---pues me lo paso sola, porque en los últimos meses me siento muy feliz en mi soledad. En mi apartamento, caminando por la ciudad, o viendo videos o leyendo --pero no me interesa mucho hablar con nadie, ni tener compañía. Creo que desde que murió mi mamá he ido desarrollando esta afición por meterme dentro de mi 'coccoon' --y disfrutar lo que en inglés se dice 'solitude' y no tiene nada que ver son 'soledad'.

Sé que algún día volveré a ser más 'sociable', pero de momento, no me interesa mucho. Y como por mi trabajo tengo tantas fiestas y tantos viajes a donde debo acudir --¡qué maravillosa es llegar a casa, donde no hay nadie, y saber que tengo grabados programas de TV, como los divertidos 'del corazón' españoles, o que en Netflix hay una miniserie inglesa de esas que me fascinan y me va a ocupar varias horas!

Pero tengo que admitir que también me he sentido un poco triste. Bueno, no...triste no...sino más bien invadida por una realidad que ya no me duele de forma punzante, pero si con un dolor muy de corazón y de alma, la que me físicamente me llega a doler -- pues pienso mucho ¿que cómo es posible que la vida mía y de mi hermano haya podido continuar sin tener en ella a nuestro padre y nuestra madre?....Uno crece rodeado de 'familia'. Desde muy pequeños, gente con la que crecemos, vivimos, compartimos --por años y años. Personas que son parte de nosotros, los que nos quieren mucho --y cuyo amor lo 'sentimos' en nuestras vidas, día a día, y que aunque seamos ya adultos, sigue siendo algo muy cálido, muy intenso y que necesitamos mucho.
Tres generaciones que van mermando y quedan dos. Si porque de pronto llega la muerte, de la que no nos escaparemos ninguno ---y esas personas que son tan importantes se van de nuestra vida. Así.

Y eso es lo que me sorprende todavía --¿cómo hemos podido seguir viviendo si ya no podemos hablarles, ni contarles nuestras cosas, ni reir con ellos, ni comentar nada con ellos, ni siquiera pelearnos con ellos? Y así ocurre. ¡Incluso con amigos que también se han ido! Y es cierto que la vida sigue. Aunque ya no es tan perfecta como antes, pues ahora a nuestra rutina, a nuestra cotidianidad, le falta un trozo muy grande --y aunque nos acostumbremos a las ausencias, el vacío se hace cada día más grande. ¡Y de todo esto pienso ahora también! Especialmente en esas horas en que estoy sola ---y es aquí donde comprendo que quizás deba tratar de ser más sociable, y buscar nuevas amigas ---¡o quizás volver a enamorarme! Aunque ya hasta el amor me parece poco apetecible, porque fuí tan romántica y vivía siempre enamorada - que me parece he quedado saturada de amor.