Wednesday, November 19, 2008

Las Fiestas











Se acercan las fiestas del Día de Dar Gracias, después mi cumpleaños el 13 de Diciembre, seguidas de la Navidad y el Año Nuevo --¡y una vez más comienzo a sentirme enormemente nerviosa, muy vulnerable, casi melancólica y con deseos de huir de todo y de todos!

Desde hace años me pasa lo mismo. Incluso cuando mi hija era pequeña y creía en Santa Claus y lo celebrábamos en mi casa con gran algarabía. Y es que la última Navidad en una Cuba Libre -la del 1958- aunque era muy jovencita y a esa edad todo luce siempre perfecto y lleno de alegría- fue la última en que me sentí realmente feliz en las Fiestas.

¿Cincuenta años han pasado desde entonces? ¡Qué increíble! Y recuerdo perfectamente todo, absolutamente todo de aquella última vez en que nos reunimos toda la familia. Mis padres, tíos, primos, etc, etc...Y ese Diciembre también coincidió con los festejos de la boda -que fueron muchos y muy agradables- de mi prima Marylin Ichaso. ¡Reuniones familiares mañana, tarde y noche! Fue un mes inolvidable. Como iluminado con grandes farolas doradas e incandescentes en mi memoria. ¡Diciembre del 1958!

Días antes del comienzo oficial de la Revolución Cubana el 1 de Enero de 1959 --el gran terremoto que sacudiría las vidas de absolutamente todos los cubanos. Desde entonces han pasado tantas cosas -muy buenas y muy malas- que las Fiestas solo hacen recordármelas con más intensidad. Y como este año es el primero sin la presencia de Mami en Thanksgiving y en mi cumpleaños - murió el 17 de Diciembre del 2007 mientras dormía- y las décimas fiestas sin la presencia de mi padre --su mutua ausencia acentúa la melancolía que usualmente siento en estas fechas.

Estas son fechas 'de familia' --y mi familia inmediata es cada vez más pequeña. Y este año ni siquiera mi hermano León podrá estar en New York con nosotras porque estará trabajando en México y en Miami. ¡Y seremos por lo tanto 4 gatos! Y en momentos así pienso que quizá debía haber tenido varios hijos, una media docena -y no solo una niña bella y buena- y así me hubiera garantizado (¿o no?) una gran fiesta familiar a mi alrededor.

En fin , estas son divagaciones muy tontas --buscando cierto consuelo inútil, que sé que no va a venir- porque la realidad es que somos muy afortunados y a nuestro alrededor existen cosas divinas y grandes bendiciones. Bendiciones que también incluyen infinidad de buenos recuerdos. Pero no puedo evitar el sentirme 'down' ---sin muchos ánimos ---y suspirando por momentos del pasado.

Es que con todo lo que nos ha tocado vivir a los Cubanos --es muy natural.