Friday, November 14, 2008

Un cachumbambé sin control


¡Los altibajos que estamos viviendo acaban con cualquiera! ¿O será que siempre han existido y como era más joven vivía un poco al márgen de todo?

No lo creo. Me parece que la balanza de la vida en estos momentos es un 'cachumbambé' fuera de control.

Y bastante bien estamos todos, que de forma muy curiosa seguimos adelante con nuestro día-a-día, nuestras pequeñas rutinas, nuestros planes y nuestra cotidianidad, tratando de no pensar en que la Economía todos los días nos envía mensajes diferentes. Un día haciéndonos pensar que las cosas se van mejorando, que parece que la tormenta va a pasar --para que al día siguiente ¡todo sea diamentralmente opuesto y el panorama se vea negro! Y como la Economía está tan globalizada, no queda títere con cabeza...y todos somos afectados por una u otra razón.

Veo a mi hija ilusionada con el apartamento que ha comprado con su marido, a mi hermano dando la vida por su nueva película independiente y gastándose lo que era para su 'vejez' en ello, a mis buenos amigos luchando con sus cosas ---y yo trabajando como nunca, escibiendo como una obsesa, viendo a ver qué pasa....Y en medio de todo, una visita al museo, un video de una película que me encanta, un quedarme en mi casa en armonía, sola, rodeada de los objetos que me dan tanto placer. Mis cuadros, mi colección de botellas de perfume antiguas, mis recuerdos, mis fotos de familia --¡hasta mi colección de amuletos turcos y mexicanos contra el mal de ojo y unas cintas rojas de San Charbel que tengo atadas a la puerta de mi casa!....Nunca he sido 'creyente' de ello, pero me encanta su significado y son parte de mi habitat.

Aún así, no recuerdo sentirme tan preocupada -y tristona, como muy decaída emocionalmente- desde que llegamos de Cuba y estábamos en la plena miseria. Pero entonces, como realmente no teníamos más que quizás unos 300 dólares como capital máximo -que mami había logrado canjear estando todavía en Cuba --¡unos 3 mil pesos cubanos que de pronto apenas valían 300 dólares depositados en el banco americano de mi profesor de francés de la Alianza Francesa!-- no teníamos mucho que perder. Y lo único que enfrentábamos era la posibilidad de trabajar mucho y mejorar nuestras vidas. Y eso mismo sucedió.

No puedo negar que en mi familia somos muy afortunados. Tenemos salud, trabajo, ahorros, el cariño de la familia y de los amigos, etc...Pero es que mi tristeza no es por mí. Sino por todos los Estados Unidos y todos los que están pasándola muy, muy mal. Y ello me produce un melancolía que no es profunda, ni grave --pero si lo suficientemente obvia como para sentirla 'tomando posesión' de mí a cada rato. Y de cierta forma me alegra saber que ni mi padre ni mi madre están viviendo esta inestabilidad del país que tanto querían,

¿Qué podemos hacer individualmente para ayudar? Realmente no lo sé. Y eso es lo peor.