Friday, August 1, 2008

Lo que se aprende y se repite





Es muy curioso como lo que se aprende -especialmente en la casa, viendo el ejemplo de los padres, abuelos o familiares cercanos- sin pensar en ello queda 'marcado' con absoluta profundidad en nuestro carácter.

Y tarde o temprano -especialmente cuando aprendemos de la propia vida y las experiencias moldean aún más quiénes somos y cómo somos- actuamos automáticamente tal como aprendimos a hacerlo. Sin dudarlo un solo segundo.

Les escribo esto porque esta mañana mi hija me llamó a decirme que había estado toda la noche enferma, sintiéndose mal de algo que había comido -y yo, automáticamente entré en el 'mami mode' -y sin pensarlo dos segundos dejé todo a un lado y me puse en acción: viaje al mercado a comprarle cosas sanas, galletas Saltines, Gatorade, yogur ¡y de paso llevarle una botella de Colonia 1800, para que la huela, y la reconforte, algunas medicinas y una caja de las vitaminas Berroca que siempre compro en España y llenan de energía al más débil y desmadejado! ¡Un equipo de primeros auxilios que no falla!

Mi acción fue automática, simple --la que siempre me ha movido cuando mi hija, o los que quiero, se han sentido enfermos --¡y una idéntica repetición de lo que por años hacía mi madre --la Dra. Pildorita que hasta una semana antes de morir estaba 'curando' por teléfono con diagnósticos y consejos a un amigo de mi hermano!
Es la 'acción-reacción' de millones y millones de personas que hemos aprendido a actuar asi viendo el ejemplo de otros. Una forma de actuar que llevamos a todo en la vida, incluyendo el trabajo y las relaciones del día-a-día. Y el 'usar' lo que se aprende -lo que sucede tanto en lo bueno como en lo malo- establece una cadena de comportamiento que seguirá para siempre-- sin importar lo que suceda en el mundo. ¿No es curioso como una reacción tan básica, y tan humana, sea más profunda y poderosa que la ciencia, la política, o la tecnología de los más sabios?

Lo que se aprende a través de las vivencias que experimentamos en nuestra casa, con la familia -especialmente cuando somos todavía pequeños y somos como una 'esponja', listos para absorber lo que nos rodea- nunca se borra ni se olvida.

Y día a día, porque ahora, cada vez más, me detengo a interrogar lo que sucede y a observar lo que me rodea ---veo lo mucho que nos enriquece y llena de satisfacción. Son cosas pequeñas. Detalles sin importancia. Y así nos forman --y nos llevan a ser personas honradas y decentes -y nos hacen dormir tranquilos.