Monday, December 22, 2008

Cincuenta Años de Dictadura ¡Y Nadie lo Menciona Excepto los Cubanos Exilados!


Es tan absurdo que el 1 de Enero se cumplan 50 años de que un hombre y un gobierno sin legitimidad, gobiernen sin elecciones libres la isla de Cuba, imponiendo el poder con mano dura, cruel y en franca violación de los Derechos Humanos.

¡Y es absurdo que se siga hablando de Fidel- y ahora de Raúl Castro- como del 'presidente' de Cuba y que los asquerosos gobernantes del mundo le sigan dando palmadas en la espalda y sonrisas sin tomar una posición democrática y valiente ante la dictadura más antigua del planeta! Y que ahora la figura siniestra del Ché Guevara haya pasado de ser una camiseta de moda para convertirse en un héroe del cine

Los únicos que recordamos somos los cubanos exilados. Hablamos de los muertos, los fusilados, los ahogados en el mar en su intento de escapar y de los que siguen en las prisiones cubanas por el único delito de disentir y tener pensamientos diferentes.

Yo he sufrido mucho en estos 50 años, aunque mucho menos de lo que sufrieron mis padres y otros familiares. Y la acción de 1 sólo hombre ha determinado lo que ha sido mi vida desde que era casi una niña. Todo lo que no estaba en mis sueños, los planes que se fueron al demonio..¡todo lo ha 'decidido' Fidel Castro! Sin escogerlo, sin gustarme nada....me privó de mi lo que hubiera sido mi educación universitaria en Cuba, de la compañía cotidiana de mi familia, de mi ciudad, de mis recuerdos...De años sin ver a mi padre y a tíos y a amigos..¡y a otros que nunca volví a ver!

Han sido 50 años con Cuba en la mente y el corazón ¡diariamente! Y ahora es inconcebible ver que el paso del tiempo ha reforzado -en vez de debilitar- una dictadura que no debía seguir existiendo en el mundo moderno. Es como si la máquina del tiempo se hubiera parado...y no sepamos dónde estamos...ni a dónde vamos.

Comienza el año 51 de esa Revolución Cubana que tanto daño nos ha hecho ¡a todos! dentro y fuera de Cuba. Revolución que nos ha marcado a todos profundamente. Y en muchos casos nos ha deformado, robando al cubano de su dignidad y muchas veces de su idiosincrántica fuerza y valentía. El peso del Estado implacable acaba por destrozar los pueblos --y 50 años de ese peso y esa carga, día a día, entierra hasta los cimientos más firmes.