Wednesday, December 3, 2008

A los pies de Porfirio Rubirosa



























Cuando era muy jovencita -en realidad una casi/niña que se creía adulta y sentía como adulta- me enamoré de Porfirio Rubirosa.

Yo ni sabía quién era el "playboy" dominicano, pero por los periódicos sensacionalistas me había ido enterado de su existencia. Creo que Zsa Zsa Gabor y él se habían peleado en Paris --y la actriz llevaba un parche estilo pirata en un ojo ocultando el piñazo que decía había sido una agresión de Rubi, como le decían al alto y guapo personaje. ---

Y fue durante unas vacaciones con mis tíos Tafela y Gustavo en Isla de Pinos que el Ingeniero Bengochea, un amigo de mi tío Gustavo que había estudiado fuera de Cuba con Rubirosa, quien me comenzó a contar del hombre y sus hazañas. Aquello era como una novela 'oral' a base de cuentos y preguntas que yo le hacía a Bengochea de su legendario amigo. Y digo legendario porque a través de sus historias comprendí que Rubirosa era un hombre al estilo de las novelas de Corín Tellado --y ahí fue que nació mi explosivo amor por él.

Al poco tiempo -¡el destino llamó a mi vida!- porque a Rubirosa lo habían nombrado Embajador de la República Dominicana en Cuba --y él y su esposa Odile Rodin se habían hecho muy amigos de mi prima Marilyn y su novio Alberto Morató. Y tan pronto me enteré -oyendo a mami hablar de ello por teléfono con mi tía Mary- supe que, sin falta, muy pronto lo conocería.

Por supuesto, al instante hablé con mi tío Paco Ichaso -de quien yo era su sobrina favorita y quien fue un gran 'mentor' en mi vida- y le conté mi obsesión por el personaje, lo que le hizo muchísima gracia porque yo tenía apenas 13 años -aunque debo decir que mi tío conocía mi fantasía --y le había dicho a mami que yo iba a ser muy popular entre los muchachos y me casaría joven. Por lo que Tito Paco, con su divino buen carácter y absoluta comprensión del ser humano, enseguida me ayudó a inventar un posible 'encuentro' con Porfirio, quien además era frecuente visitante a su casa, ya que también iba a jugar poker con Marilyn y Alberto al menos una vez a la semana.

Así fue que un mes mas tarde, mi tío un día llamó y me dijo que esa noche Rubirosa y Odile estarían en su casa a las 8pm a recoger a Marilyn y a Alberto --y tomarse una copa antes de irse a comer. ¡Y que me preparara porque iba a mandar el chofer a buscarme a las 7:30pm para llevarme a su casa!

Aquello fue como un terremoto...¡iba a conocer a Rubirosa y mi muy famoso y serio tio era mi 'compinche' en aquello!...Enseguida comencé a probarme ropa...¿qué me haría lucir mayor?...¿cómo acentuar el 'look' Brigitte Bardot que yo juraba era el mío?...¿O debía ir más estilo Doris Day y lucir más 'niña buena'?...¿Debia ir de negro? ...¿O en pantalones pitillo y una camiseta al estilo Juliette Greco?

Bueno, Uds. pensarán que en mi familia todos estábamos medios locos, porque al rato Sabina la cocinera se puso a preguntar la razón de aquellos cambios de ropa, peinados y maquillajes --¡y enseguida se lo dijo a mami, que muy pronto estaba en mi cuarto averiguando sobre toda la conmoción! Pero como mi madre estaba acostumbrada a verme enamorada platónicamente de extraños --¡ella también se unió a las preparaciones del 'encuentro'! Todavía me pregunto por qué no se habría empeñado en acompañarme a casa de su hermano, como hubiera sido lo lógico, pero eso era lo maravilloso de mami --¡que siempre me trataba como adulta y sabía que no tenía que cuidarme como una gallina loca cuidando a los pollitos!

A las 7 y 30pm llegó Alfonso, el viejo chofer de mi tío con el Pontiac negro que tenía siempre el aire acondicionado bajo cero ---y entré yo con un vestido divino de cuadros blancos y negros, cuello estilo 'berta', de piqué blanco con gran escote --¡grandísimo!- (No se cómo mami me permitía vestir asi, pero el vestido lo había 'heredado' de mi prima Marilyn --y era un modelo de Pepe Fernández de alta costura maravilloso y mami nunca se hubiera atrevido a decirme que no me lo podía poner), el pelo en un moño 'despeinado' a lo BB, maquillaje muy suave y unos tacones negros que eran de mami --¡y que le rogué en vano me dejara llevar!

¡Qué cómico! A ella, no le importaba que el escote fuera 'desbordante', pero "las niñas menores de 15 años no pueden usar tacones"....Y así fue que me hicieron llevar ballerinas negras (las que, después de todo, Brigitte Bardot también usaba) --y corrí al carro de Tito Paco a punto de morir atravesada por una de las ballenas del vestido, el que hecho para la figura súper delgadita de Marilyn, me quedaba un poco justo y como tenía el torso como un corselete de ballenas, se llevaba sin sostén y me apretaba tanto la cintura que casi me dejaba sin respiración.

Llegué a la casa en 10 minutos --y mi tío estaba esperándome muy divertido. Ya mi tía Mary sabía de la "conspiración" --y mi prima Marilyn lo encontraba todo muy divertido --¡y por eso enseguida me prestó unos tacones de palillo, altísimos, "para que parezcas un poco mayor".

El plan era que cuando Rubirosa y su mujer hubieran llegado --y todos estuvieran en la terraza del nivel inferior de la casa, tomando tragos --yo tocara el timbre de la casa, me abriera Marta la sirvienta, y yo dijera en voz alta, "Voy a casa de una amiguita cerca de aquí, a una fiesta, y pasaba a saludar a mis tíos" ...Y con la misma bajara las escaleras de piedra que llevaban a la terraza ¡donde conocería a mi héroe!

Pero de nuevo el destino cambió los planes de mi vida. Y cuando bajaba las escaleras sintiéndome bella y un 'clone' de BB, tropecé con una piedra, me enrede el tacón, me caí ...y rodé, rodé y rodé...¡hasta caer a los pies de un asombrado y boquiabierto Porfirio Rubirosa!

Les juro que esto es 100% verdad. Todo.

Incluyendo el abrir los ojos toda adolorida y desde abajo, en posición horizontal, ver peligrosamente cerca de mi cara, hasta los pelitos de la nariz media chata de Rubirosa, quien me pareció hasta llevaba 'maquillaje'.

Bueno, se podrán imaginar el alboroto que se formó y lo humillada que me sentí aunque -como en las películas- Rubi me levantó en brazos como si yo fuera una plumita, y me colocó en un sofá floreado donde enseguida mi tía y los demás comenzaron a asegurarse de que no tenía un hueso partido. ¡De puro milagro no me pasó nada y la verdad es que de Brigitte Bardot, de pronto me había convertido en Margarita Gauthier!

Rubirosa fue realmente encantador. Cariñoso y divertido. Alto. Muy bien vestido. Muy sexy. Con unas manos muy masculinas y ojos realmente 'pecaminosos'. ¡Comprendí al instante su sex appeal y su reputación! Y su mujer era preciosa, rubia, mucho más joven, muy francesita --y se notaba que estaba loco por ella. Después del 'susto' se quedaron todos conversando alrededor mío, quien como Odalisca de Manet, lo observaba todo tirada en el sofá...¿Cómo iba a sentir dolor de huesos si yo era la reina de aquel salón?

Media hora más tarde decidieron que en su camino al Casino Parisién, me iban a dejar en casa --y con mi prima Marilyn al volante de su convertible verde oscuro llegamos a mi edificio. Por supuesto, Rubi dijo que subiría conmigo y me ayudaria a subir las escaleras del lobby ...y así me llevó hasta la puerta de nuestro apartamento. Allí me dió un beso en la mejilla, casto y dulce, realmente de hombre educado ante una adolescente que jugaba a ser mujer --y me sonrió. "Hasta pronto niña linda"...

Y en ese mismo momento Mami abrió la puerta --¡y pueden imaginarse la cara que puso!
Nunca más volví a ver a Porfirio Rubirosa porque llegó la Revolución pocos meses después y Rubi puso 'pies en polvorosa'. Pero muchos años más tarde -ya convertida en periodista y viviendo en New York- entrevísté a Oleg Cassini, el diseñador, quien había sido la última persona en hablar con Rubirosa en Paris, en la puerta del hotel Plaza Athenée, minutos antes que Rubi tuviera un trágico accidente de coche en el Bosque de Boloña, camino a su casa, en el amanecer, después de una noche de juerga.
Según Cassini aquello no fue un accidente sino un deseo de 'suicidio', un 'death wish' ---ya que en esos días Rubirosa estaba muy deprimido, pues no solo había perdido todo su dinero y la protección del gobierno de Trujillo --sino que su querida Odile estaba a punto de dejarlo por otra persona dejándolo solo. Cassini fue tan extraordinario al confiarme tantas cosas que le hice el cuento de mi 'aventura' habanera con su amigo ---y recuerdo que me dijo "¿Por qué no escribes una novela de eso?". No lo he hecho, pero en este post les he adelantado una 'primicia'....

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